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ACTIVIDAD N° 1

dON qUIJOTE DE LA MANCHA

Don Quijote
 
Montado en flaco rocino,
con lanza y con armadura,
cabalga por la llanura,
más allá del quinto pino.
 
Va paseando errabundo,
decidido y muy sonriente;
quiere salvar a la gente
y arreglar un poco el mundo.
 
Todos llaman don Quijote
a un héroe tan atrevido,
que por flaco y escurrido,
mas parece un monigote.
 
No hay duda de su nobleza,
paro con tanta lectura
y sus ganas de aventura,
se le ha ido la cabeza.
 
Y a lomos de rocinante
-según chismea un vecino-
ha confundido un molino
con un terrible gigante.
 
Suspira por Dulcinea,
una porquera forzuda,
berreona y bigotuda,
que tiene fama de fea.
 
Pero él la ve tan bonita…
Y a todos hace jurar
que es la labriega vulgar
una princesa exquisita.
 
Aunque el hidalgo cenceño
pase por ser un lunático,
a mí me cae simpático
porque cabalga en un sueño
Sancho Panza
 
Era un labriego simplón
con terruño y sementera,
poca sal en la mollera
y mucha en el corazón.
 
Se llamaba Sancho Panza
y trabajó de escudero
de un famoso caballero:
don Quijote de la Mancha.
 
Quería el hombre sencillo,
ayudando a su señor,
llegar a gobernador
y vivir en un castillo.
 
Así que dejó su huerto
para salir al camino,
y, montado en un pollino,
deshacer más de un entuerto.
 
Pero el pobre desgraciado
no hacía nada derecho:
salía siempre maltrecho
y con un ojo morado.
 
Incluso en una ocasión
en un bosque silencioso
lo invadió un miedo horroroso
y se cagó en el calzón.
 
Sancho iba de lío en lío;
en la cabeza montones
de muy buenas intenciones
y el estómago vacío.
 
Mas, pese a tanto accidente,
llegó a una gran conclusión:
no es tan mala profesión
la de ayudar a la gente.

Poemas de: Carmen Gil

Dulcinea
 
Préstame mucha atención:
a don Quijote el famoso
una dama del Toboso
le ha robado el corazón.
 
Me han dicho que Dulcinea
no tiene un trato muy fino,
que huele siempre a gorrino
y que no chilla, berrea.
 
Dicen que va en alpargatas,
que se le escapa algún pedo
y levanta con un dedo
cuatro sacos de patatas.
 
Que luce en pleno bigote
un lunar negro y peludo,
que, por cierto, no es menudo,
y encandila a don Quijote.
 
Este amor al mundo asombra,
pues la señora es mandona,
bravucona y muy guasona
y se ríe de su sombra.
 
Pero el hidalgo manchego
la ve delicada y bella
porque está loco por ella;
¡para algo el amor es ciego!
 Rocinante
 
Qué vida la del rocín:
él, que se queja tan poco,
tocarle un amo tan loco,
metido en tanto trajín.
 
Y es que el pobre Rocinante
no es ninguna maravilla,
se le notan las costillas
y tiene muy poco aguante.
 
Sufre subiendo pendientes,
pues soporta en su montura
varios quilos de locura
y le faltan cuatro dientes.
 
Es un jamelgo muy lento:
nunca cabalga al galope,
y encima está algo miope;
pero vive tan contento.
 
Anda como un caracol:
siempre llega, muy calmado,
el último a cualquier lado;
y es feliz tomando el sol.
 
Mas es un caballo fiel,
que igual al paso que al trote
-eso piensa don Quijote-
es el más bravo corcel.

Reflexión:

Obra: Don Quijote de la Mancha

Autor: Miguel de Cervantes  Saavedra

"DQ": Don Quijote

"S" Sancho Panza

 

Entre ellos, hubo una  relación de mutua correspondencia y respeto lo que hace que se vaya afianzando cada vez más, y más profundamente, esa amistad  entre esas dos «almas gemelas» que son DQ y S; y eso hasta tal punto, que S se dirige a su amo y señor con la libertad de un igual pero sin perder jamás -si bien alguna vez pueda parecer otra cosa- el respeto y la admiración que le profesa, aunque a veces dude y aun maldiga su situación.

 

Por su parte, DQ se dirige a S con respetuosos epítetos, llenos de un profundo afecto y siempre acompañados de su nombre antes o después (alguna vez con nombre y apellido)amigo, hermano, el bueno, hijo, «Sancho amigo, duermes? ¿Duermes, amigo Sancho», amigo y guía, escudero mío, «¡Oh Sancho bendito! ¡Oh Sancho amigo!. Fuente textual: cervantesvirtual.com

Para crecimiento  como persona:

a. De esas frases, expresada en tu contexto, te han dicho o expresa a un amigo(a). ( Ánimo!.. adelante! ..Pronto te mejorarás.., mamita te quiero!...papito eres un valiente!..

b. En el ámbito escolar, tienes una amistad, que siempre esta a tu lado? en momentos felices o en aguas turbulentas?

c.Tienes un amigo(a),  a quien periódicamente, te diriges con frases cariñosas

 

Hay una cita que dice "Quien tiene un amigo tiene un tesoro”, desde siempre la amistad se ha considerado como un bien personal

Las formas de relacionarse, con el uso de TIC ha cambiado, nuestro círculo de amistades era, vecinos, primos, y personas que interactuaban día a día, hoy interactuamos más con personas que se hallan a miles de Km.

En el colegio y precisamente la educación, cumple un papel socializador,, y se inculca valores para vivir en sociedad, tales amistad, solidaridad, honestidad,.. imprescindible para vivir en sociedad 

Fuente: Textos tomados de Alba Masjuan Junqueras, adaptado para Reflexión

ACTIVIDAD N° 2

Terror de sextO B

Yolanda Reyes

Capítulo 2: El día en que no hubo clase

 

El día en que no hubo clase Era domingo en su peor hora. Seis en punto de la tarde. Al otro día, colegio. A Juan Guillermo le empezó un nudo en el estómago. Ahí en su cuarto estaba la maleta intacta, con todos los libros guardados, y las tareas sin hacer.

 

Había pensado en hacerlas el viernes para salir de "eso", pero luego llegó Pablo y lo invitó a montar en bicicleta. —Las hago el sábado por la mañana —pensó Juangui, pero el sábado se fue a hacer mercado con la abuela. —Las hago después —-pero después era el cumpleaños de Silvia y después estaba tan cansado que dijo "mejor el domingo por la mañana", pero el domingo se levantó tardísimo y, para completar, daban buenos programas en la televisión y luego le tocó arreglar el cuarto y salir a almorzar y así sucesivamente. Al final, nunca hubo tiempo de hacer tareas... Era domingo a la peor hora y el nudo en el estómago se enredaba cada vez más. Entonces, para disimular los nervios, prendió la televisión. —Sólo un ratico, por saber qué están dando y luego sí empiezo. Total, a esta hora nunca hay buenos programas.

 

En la pantalla había una especie de mago: un mentalista famoso con turbante en la cabeza y acento extranjero. Doblaba una cuchara con las cejas fruncidas; el típico y viejo truco. La cuchara se dobló. Juan Guillermo, como, tantos millones de televidentes, obedeció las órdenes del mentalista. Se fue a la cocina y trajo un tenedor. Hizo todo al pie de la letra. Frunció las cejas y cerró los ojos para sacar la energía magnética del cerebro y doblar las moléculas del tenedor. Nada. El tenedor no se inmutó. Juan Guillermo no pudo terminar su lección de energía magnética porque lo llamaron a comer. Después de la comida, el mentalista se había ido de la TV. y en su lugar daban "Guerra de Estrellas". La vio entera y después ya no hubo caso de hacer las tarcas porque el sueño le cerraba los ojos. —Mañana en el paradero le pido a Andrés que me explique la tarea de matemáticas, por si me pasan al tablero.

 

Con esa idea, se le quitó un poco el nudo del estómago y se durmió profundamente. Adivinen con quién soñó... Pues con el mentalista y con sus ejercicios de control mental... El lunes, a la peor hora: ¡seis en punto de la mañana! sonó puntual el despertador. Juan Guillermo se acomodó entre las cobijas para despedirse del sueño y se despertó una hora más tarde con los gritos de mamá. —¡Mire que si lo deja el bus, el castigo es para mí porque me toca llevarlo! Y así fue. Juan Guillermo se tomó el chocolate sin pan ni jugo, se bañó en sesenta segundos, salió con la corbata en una mano y la peinilla en la otra y corrió sin parar, pero el bus ya iba en la otra esquina y no pudo alcanzarlo. Así que volvió a casa, con cara de niño regañado y mamá, furibunda, con la piyama debajo del abrigo, salió rumbo al colegio repitiendo la misma cantaleta reservada para esas ocasiones. —Que pasara algo y no pudiera llegar —pensó Juan Guillermo y, por pura casualidad, el carro dio tres estornudos y quedó varado entre una fila de carros, en plena calle principal, en plena hora principal. Mamá se bajó con la piyama asomada debajo del abrigo.

 

Pasó revista a todo el carro, desde las llantas hasta el motor, haciéndose la que sabía de mecánica pero el carro no se creyó el cuento y siguió paralizado. —Pobre mamá —pensó Juan. Se veía tan ridícula con su cara de sueño y su piyama debajo del abrigo, que él intentó hacer algo. Se acordó del mentalista y le ordenó a las moléculas del carro que se arreglaran. Por pura casualidad, mamá le dio tres zapatazos a la batería y el carro estornudó tres veces y quedó perfecto. Pero ya era tardísimo y el tráfico estaba imposible. —Llegas porque llegas —dijo mamá y siguió su marcha sin decir una palabra más. Por fin, ¡a las ocho y veinte minutos! llegaron a la puerta de hierro del colegio. Juan se bajó sin un beso porque mamá seguía iracunda. —Qué lunes tan lunes —pensó. Y deseó con todas sus fuerzas que ese día no hubiera clase. Adentro todo estaba en silencio.

 

El corredor, vacío de niños y las puertas de todos los cursos cerradas. Juan Guillermo avanzó con el terrible nudo en el estómago, tratando de imaginar una buena disculpa para decirle al profesor. Por fin llegó a Cuarto "B". A primera hora, matemáticas, le recordó el horario que estaba pegado afuera, y él no había hecho la tarea, ya sabemos por qué. Juan Guillermo pegó la oreja a la puerta para tratar de oír en qué iba la clase. El corazón le latía durísimo. De resto, no se oía nada. Silencio absoluto.

 

El estómago se le enredó del todo, en un nudo ciego. El silencio era síntoma de lo peor y lo peor era previa sorpresa. Y cero seguro para él. Con toda la valentía que alcanzó a reunir en su cuerpo, Juan Guillermo Mantilla cerró los ojos, cruzó los dedos, recitó el famoso "Sortilegio para que no haya colegio" y se obligó a entrar a clase, de un empujón... Abrió la puerta y fue como si hubiera dado un salto al vacío. Adentro no había clase. No había profesor ni alumnos. Ni tablero, ni pupitres, ni armario, ni carteleras, ni techo, ni piso, ni paredes. Así como suena: no había clase. Detrás de la puerta, nada de nada. Cero absoluto, conjunto vacío. Todo un lunes por delante. ¡Todo un lunes, entero y nuevecito, y no había clase!

ACTIVIDADES PROPUESTAS

Con base en la lectura del cuento "El día en que no hubo clase":

  • Conversar con padres, hermanos(as) y abuelos acerca de sus anécdotas escolares. ¿Qué historias interesantes les contaron? Compartirlas en familia y establecer una comparación con las anécdotas propias. ¿Qué diferencias creen que existe entre esta época y las anteriores?

  • ¿Conocen a la autora? Averiguar datos sobre su obra y su país de origen. Organizar una biografía y escribir 10 renglones a mano alzada o 90 caracteres si lo hace en Word.

  • Después de leer “El día que no hubo clase”, detallar todas las acciones que el personaje va haciendo para postergar la realización de la tarea. A Ud le ha sucedido? escríbalo;  y si le ha sucedido, cuál es su compromiso?

CONSULTA

Hacer un listado de las palabras que desconozcan. Buscar su significado de cinco de ellas

«Sólo hay que escribir (…) cosas que hagan daño, es decir, que recordemos. Un libro debe hurgar en llagas, suscitarlas incluso. Debe ser la causa de un desasosiego fecundo, pero, por encima de todo, un libro debe constituir un peligro.» E.M. Cioran.

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