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Día del Trabajo

LA ÚNICA MANERA
DE HACER UN TRABAJO GENIAL
ES AMAR
LO QUE HACES”
STEVE JOBS
Canción " Día del Trabajo"
El esfuerzo, dedicación y pasión que haces, te lo reconocemos!,
y hoy te decimos GRACIAS
porque cada día das lo mejor de ti.
Trabajar... es... CRECER  como persona...como  profesional
"Conoce porque se celebra este día"
DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A  LA CONFEDERACIÓN ITALIANA DE SINDICATOS DE TRABAJADORES (CISL)

Habéis elegido un lema muy hermoso para este congreso: “Por la persona, por el trabajo”. Persona y trabajo son dos palabras que pueden y deben estar juntas.

 

Porque si pensamos y decimos trabajo sin la persona, el trabajo termina por convertirse en algo inhumano, que olvidando a las personas se olvida y se pierde a sí mismo. Pero si pensamos en la persona sin trabajo decimos algo parcial, incompleto, porque la persona se realiza plenamente cuando se convierte en trabajador, en trabajadora; porque el individuo se hace persona cuando se abre a los demás, a la vida social, cuando florece en el trabajo. La persona florece en el trabajo.

 

El trabajo es la forma más común de cooperación que la humanidad haya generado en su historia. Cada día millones de personas cooperan simplemente trabajando: educando a nuestros hijos, poniendo en funcionamiento equipos mecánicos, resolviendo asuntos en una oficina... El trabajo es una forma de amor civil: no es un amor romántico ni siempre intencional, sino que es un amor verdadero, auténtico, que nos hace vivir y saca adelante el mundo.

Por supuesto, la persona no es sólo trabajo… Tenemos que pensar en la sana cultura del ocio, de saber descansar. Esto no es pereza, es una necesidad humana. Cuando pregunto a un hombre, a una mujer, que tiene dos, tres hijos: “Pero dígame, ¿usted juega con sus hijos? ¿Tiene este ‘ocio’?”— “¡Eh!, sabe, cuando voy al trabajo, todavía están dormidos, y cuando vuelvo ya están acostados”. Esto es inhumano. Por eso, junto con el trabajo, debe ir pareja también la otra cultura.

 

Porque la persona no es solamente trabajo, porque no siempre trabajamos y no siempre tenemos que trabajar. De niños no se trabaja y no se debe trabajar. No trabajamos cuando estamos enfermos, no trabajamos cuando somos ancianos. Hay muchas personas que todavía no trabajan, o que ya no trabajan. Todo esto es verdadero y conocido, pero hay que recordarlo también hoy, cuando hay todavía demasiados niños y jóvenes en el mundo que trabajan y no estudian, mientras el estudio es el único “trabajo” bueno de los niños y de los jóvenes.

 

Y cuando no siempre y no a todos se les reconoce el derecho a una jubilación justa — justa porque no es ni demasiado pobre ni demasiado rica: las “jubilaciones de oro” son un insulto al trabajo no menos grave que el de las jubilaciones demasiado pobres, porque hacen que las desigualdades del tiempo del trabajo se hagan perennes. O cuando un trabajador enferma y es descartado también por el mundo del trabajo en nombre de la eficiencia — y, sin embargo, si una persona enferma puede, dentro de sus límites, trabajar, el trabajo también desempeña una función terapéutica: a veces uno se cura trabajando con los demás, trabajando juntos, para los demás

.

Es una sociedad necia y miope la que obliga a las personas mayores a trabajar demasiado tiempo y obliga a una entera generación de jóvenes a no trabajar cuando deberían hacerlo para ellos y para todos. Cuando los jóvenes están fuera del mundo del trabajo, las empresas carecen de energía, de entusiasmo, de innovación, de alegría de vivir, que son bienes comunes preciosos que mejoran la vida económica y la felicidad pública.

 

Es por tanto urgente un nuevo pacto social humano, un nuevo pacto social para el trabajo, que reduzca las horas de trabajo de los que están en la última temporada laboral para crear trabajo para los jóvenes que tienen el derecho-deber de trabajar. El don del trabajo es el primer don de los padres y de las madres a los hijos y a las hijas, es el primer patrimonio de una sociedad. Es la primera dote con la que les ayudamos a levantar el vuelo libre de la vida adulta.

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